Los sistemas de instrumentos de navegación que se habían desarrollado a finales de los años noventa eran piezas de equipo muy eficaces. El WTP de Sailmath había abierto el camino, logrando nuevos niveles de precisión y capacidad de respuesta mediante el uso de giroscopios de velocidad para corregir los errores en las mediciones de la velocidad del viento y el ángulo del viento que provenían del alabeo y cabeceo del yate (consulta la Parte 2).
Sin embargo, los avances seguían llegando, las embarcaciones eran cada vez más rápidas, y siempre había una demanda por mejorar la velocidad y las tasas de actualización; pantallas más claras, rápidas y de mayor resolución; mayor flexibilidad para la expansión y mayor precisión gracias a mejores sensores y calibraciones. Al comenzar el nuevo milenio hubo innovación en todas estas áreas por parte de los fabricantes establecidos, las empresas de nueva creación, los aficionados y los equipos de navegación profesionales, como siempre había sucedido.
Los nuevos sistemas de alto rendimiento que se desarrollaron en la primera década del 2000 se apoyaron en gran medida en los progresos de la informática general. El hardware se hizo más potente, los protocolos de comunicación mejoraron y los sistemas se volvieron mucho más flexibles. Se podían conectar más y diferentes sensores, y los usuarios podían desarrollar algoritmos a medida para leer o calibrar los sensores y manipular los datos. Esto permitió el cálculo de nuevas funciones de datos que se integraron completamente en el sistema.